Una iniciativa en Twitter nos anima a asomarnos a nuestras ventanas y apuntar todas las aves que vemos. Este juego puede ayudar a llevar mejor la cuarentena y, de paso, contribuir al conocimiento científico.
Todas las mañanas, el periodista y fundador de Aver Aves Javier Rico tiene la costumbre de salir al balcón de su casa, en el madrileño barrio de Carabanchel, para recibir “ese chute diario de energía que te da el escuchar el canto de los pájaros o ver un ave posada en una antena”. Fue el 14 de marzo, justo cuando comenzaba el estado de alarma decretado para frenar el avance de la COVID-19, cuando a Javier se le ocurrió lanzar su juego en Twitter. La idea es animar a más gente a asomarse a sus ventanas para descubrir a estos vecinos cantarines, que habitualmente pasan desapercibidos, y compartir esas observaciones usando la etiqueta #AvesDesdeCasa. “Pensé que, al igual que yo recibo una sensación tan buena y terapéutica al hacer esto, quizás a otras muchas personas también les podría ayudar”, nos explica.
Dicen que en el mundo hay tantos aficionados a la ornitología porque, en comparación con otros animales más escurridizos como por ejemplo los mamíferos, las aves son un grupo relativamente fácil de ver. Y la prueba la tenemos aquí: desde que comenzó la iniciativa #AvesDesdeCasa ya se han registrado observaciones de 187 especies, y algunas personas ya han visto desde sus casas más de medio centenar de las mismas. No hace falta tener jardín o una terraza con vistas a la montaña: es posible observar y disfrutar de las aves que se posan en las antenas, canturrean en algún recodo de un patio de luces o, simplemente, pasan volando por el cielo en su recorrido diario para buscar comida o refugio.
Muchas personas, de hecho, se están sorprendiendo de la cantidad de aves que merodean habitualmente por sus barrios y están aprendiendo, no solo a identificar las especies, sino también a observar sus comportamientos: delante de nuestra vista las aves se pelean, buscan comida, cantan para atraer a sus parejas o emprenden sus viajes migratorios. “Los comentarios que más me emocionan son los de la gente que se sorprende de lo que tiene alrededor, o que nos cuenta que esto les está ayudando a sobrellevar mejor el confinamiento”, nos comenta Javier, “eso es importantísimo porque son personas ganadas que empiezan a valorar la biodiversidad que les rodea y a querer conservarla. Tiene un valor grandísimo y un beneficio enorme para las personas y para la naturaleza”.
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Foto: Aver Aves/Javier Rico