El 25 de diciembre de 1989 el pueblo rumano ponía fin a más de veinte años de férrea dictadura comunista. En esta entrevista para la revista Muy Historia nos preguntamos cómo es, a día de hoy, la Rumanía post-Ceaucescu.
Hace treinta años, el día de Navidad de 1989, el dictador rumano Nicolae Ceaucescu y su mujer Elena fueron fusilados después de un juicio sumarísimo ante un tribunal militar.
El matrimonio Ceaucescu había dirigido Rumanía desde 1967 en un régimen de corte estalinista que llevó al país a una profunda represión y condenó al pueblo rumano a padecer hambre y miseria mientras sus líderes llevaban una ostentosa vida de lujo y derroche.
Sin embargo, y poco tiempo después de la caída del Muro de Berlín, nuevos aires llegaban a la Europa comunista, y el estallido de una revuelta popular en la ciudad rumana de Timisoara fue el detonante que desembocaría, días después, en el apresamiento y ejecución de Nicolae Ceaucescu, el terrible conducator.
Han pasado treinta años, y en Muy Historia hemos querido conocer cómo han evolucionado la vida y el sentir de la población rumana, un pueblo que aún tiene muy reciente una vida pasada en la que las cartillas de racionamiento, los cortes de agua y los inviernos sin calefacción eran el pan de cada día.
Para ello, hemos hablado con José María Faraldo, profesor asociado en el departamento de Historia Contemporánea de la Universidad Complutense de Madrid y especialista en historia de Europa central y oriental.
¿La caída del Muro de Berlín pudo influir en el desenlace, poco tiempo después, del régimen de Ceaucescu en Rumanía?
Evidentemente. Todo lo que sucedió en esos años estaba muy relacionado, en Rumanía se dieron cuenta de que en otros países estaban cayendo las fronteras y los regímenes socialistas. Eso les hizo reaccionar, y más teniendo en cuenta que la situación en Rumanía a finales de los 80 era desesperada.
¿En qué aspectos ha mejorado la vida de los rumanos con respecto a 1989? ¿Qué ha supuesto la entrada en la UE para Rumanía?
La situación ha cambiado mucho, ha habido, entre otras cosas, un crecimiento económico enorme. Es cierto que perviven lo que llamamos ‘patologías de las transiciones’: después de la caída del comunismo, la gente que estaba en los sectores más altos del régimen del país se hizo con sus recursos y sus riquezas. Pero la vida ha mejorado mucho para el ciudadano medio, empezando por algo tan básico como que ahora pueden comer.
En los años 70, Rumanía había sido un país relativamente próspero e incluso abierto en algunos aspectos, pero en los años 80 se llegó a una situación terrible. El régimen estaba empeñado en pagar las deudas que se habían contraído en el exterior para pagar la renovación de la economía en los años 70, así que se exportaba toda la riqueza del país y en el interior no quedaba nada. La gente lo pasó terriblemente mal, por eso los años desde la caída del Muro, pese a todos los problemas políticos y económicos de la época, pese a la crisis de 2008… pese a ello todo ha ido a mejor, eso está claro.
Puedes leer la entrevista completa en la web de Muy Historia