Este reportaje, publicado en el número de marzo de 2019 de la revista Muy Interesante, habla del proyecto DNA-Prokids, que emplea técnicas de identificación genética para combatir y prevenir delitos de trata de menores de edad.

Guatemala, febrero de 2015. En el registro de una casa sospechosa de alojar a miembros de una red de trata de personas, la policía encuentra un bebé de siete meses. Los detenidos dicen no saber nada sobre él… Este podría haber sido solo uno de los miles de menores robados en el mundo que, pese a ser liberados de sus captores, acaban desvinculados de su familia. Pero este sietemesino tuvo más suerte: su ADN lo devolvió junto a su madre biológica, que unos meses antes denunció el robo de su bebé en un hospital público de Ciudad de Guatemala un día después de que naciera. El ADN de la denunciante se incluyó en la base de datos del Instituto Nacional de Ciencias Forenses (INACIF) de Guatemala, país que participa en el programa DNA-Prokids. Se trata de una iniciativa del Departamento de Medicina Legal de la Universidad de Granada (España) que usa la identificación genética de las víctimas y sus familiares para luchar contra el tráfico de seres humanos, sobre todo de menores.  

Estuardo Solares, jefe del Laboratorio de Genética Forense del INACIF, en Guatemala, recuerda la historia para MUY: “La fiscal que se encargó del caso se acordó de nuestro programa y contactó con nosotros para ver si la madre figuraba en nuestra base de datos. Fue muy emocionante. El registro policial se hizo a las seis de la mañana. A las nueve, nos trajeron al bebé, le tomamos una muestra y los siete empleados del laboratorio nos centramos en analizarla. Había que hacerlo rápido, para que el niño no pasara a depender del aparato burocrático del Estado. A las tres de la tarde ya teníamos los resultados: ¡había coincidencia! Ese mismo día pudimos devolver al bebé a su madre”.

Desde su inicio en 2004, DNA-Prokids ha servido para recoger alrededor de 13.600 muestras biológicas en todo el mundo, ha conseguido cerca de 1.200 identificaciones y ha evitado 270 adopciones ilegales. “Hay países de Asia y Centroamérica donde las adopciones son un negocio —explica José Antonio Lorente, catedrático de Medicina Legal y Forense de la Universidad de Granada y principal impulsor del programa—. Adoptar un niño tiene un elevado coste de tiempo, económico y psicológico, y hay mucha gente que se beneficia gracias a los atajos ilegales. Es un tema muy goloso, principalmente para los abogados, pero también para médicos, psicólogos… A alguna gente le interesa que haya niños para dar en adopción. Y si no hay disponibles, se buscan”.

Puedes leer el reportaje completo en el número 454 de la revista Muy Interesante o en su versión web aquí.