Se ha cumplido un año del homicidio de la líder ecologista Berta Cáceres. Desde entonces, muchas personas que defienden los derechos humanos y del planeta siguen siendo asesinadas impunemente.
En la noche del 2 de marzo de 2016, la activista medioambiental hondureña Berta Cáceres fue asesinada en su domicilio. La líder ecologista había emprendido una campaña contra un polémico proyecto hidroeléctrico puesto en marcha en su localidad, y su lucha le había valido la obtención del prestigioso Premio Goldman, también conocido como “el Nobel verde”. Los medios de comunicación del mundo entero se hicieron eco de su muerte, que además sucedió en vísperas de la celebración del Día Internacional de la Mujer.
El de Berta Cáceres fue el más mediático, pero desafortunadamente los asesinatos de activistas medioambientales son una constante en nuestro planeta, y en la mayoría de casos los culpables de estos crímenes permanecen impunes. Y es que, según denuncian diferentes ONG pro derechos humanos, hay demasiados intereses económicos y políticos en juego. Ya lo dijo Berta Cáceres: “Es fácil que a uno le maten en la defensa del medio ambiente”.
Según el último informe disponible, elaborado por la ONG Global Witness, en el año 2015 fueron asesinados 185 activistas medioambientales. Además, Honduras está a la cabeza y ostenta el dudoso honor de ser el país más peligroso del mundo para los defensores del medio ambiente. Y tampoco parece que la conmoción mundial que supuso el asesinato de Berta Cáceres haya servido de mucho: que se sepa (pues muchos de estos crímenes suceden en lugares remotos y son silenciados), otros siete activistas hondureños han sido asesinados desde entonces.
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